martes, 18 de febrero de 2014

Análisis de dinámicas


Análisis de la dinámica “Lindo Gatito”

En esta dinámica que se realizó en mi grupo y, afortunadamente, en el salón de clases aprendí como es que las organizaciones pueden aprender conforme van visualizando experiencias. Debo admitir que al principio me sentía algo incómodo, pues no quería pasar la vergüenza de tener que ser el gato y mucho menos tener que tallar la espalda de alguien, maullar también me puso algo nervioso. A pesar de eso, y de que tuve que pasar en dos ocasiones, la parte más difícil para mi fue aguantar la risa, pues soy de esas persona que cuando está nerviosa se ríe y, si le agregamos las locuras que comentaban los compañeros y lo chistoso de la situación, me convertí poco a poco en un blanco fácil. Durante el desarrollo pude observar cómo es que al pasar el gato dejaban de reír, se tensaban, y cuando este pasaba se relajaban y procuraban estar atentos a sus movimientos. En mi caso trataba de imitar esas actitudes y creo que mis demás compañeros hicieron lo mismo. Esto hizo que ser gato se convirtiera en una ardua labor pues era más difícil hacer reír a alguien. Aprendieron conforme a la acción.

Análisis de la dinámica “¿Me quieres dulzura?”

Esta dinámica fue algo parecida a la anterior, pero esta vez fue mucho más difícil ser el que preguntaba, pues los integrantes del grupo ya habían tenido la reciente experiencia de la dinámica anterior, de alguna manera ya estaban predispuestos. Esta situación provoco la necesidad de buscar mejores estrategias para poder lograr el objetivo, y la estrategia que impacto fue cuando se empezó con el contacto físico. Esta estrategia tuvo resultados eficaces conforme se ponía en práctica de muchas formas diferentes, agregándole también algunas palabras de “seducción”. Pero mientras pasaba el tiempo, el uso fue desgastando la estrategia, los compañeros fueron adaptándose más y más al cambio y pudieron mantenerse en total control por la conducta aprendida.

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